Te traemos nuestro último articulo publicado en la Revista Inmobiliarios y en el que hablamos sobre la vivienda en Málaga y sus peculiaridades.
Málaga capital necesita cinco mil nuevas viviendas al año, una cifra lejos de alcanzarse en la actualidad, cuando su número es inferior a las 1.400. Misma situación en la Costa del Sol en general y es que se necesitan alrededor de 15.000 viviendas nuevas al año frente a las 9.000 que se proyectan actualmente.
Es precisamente la falta de viviendas y el alto atractivo de nuestro litoral los que convierten a nuestra ciudad en un caso atípico y apenas afectado por la recesión en compraventas.
Málaga en alza
Málaga goza de excelente salud en cuanto a transmisión de patrimonio, si bien se estiman incrementos más moderados de precios durante los próximos años, situándose en valores entre el 5 u 8% interanual.
Grandes promociones en zonas como Pacífico, con Málaga Tower, o Distrito Z, también están contribuyendo al incremento del ticket medio en barrios en los que antes no se daba esa situación. Dicho incremento provocado por distintos factores: aumento de la demanda generada por la entrada de nuevos nichos de mercado como el producto de lujo, cambio de las necesidades tras la pandemia, la implantación de nuevas multinacionales en la ciudad y escasez de oferta de producto terminado, un 27% menor que en 2019.
Construir para satisfacer la demanda en Málaga es una teoría que conlleva sus dificultades en la práctica. Se necesitan de media diez años para la tramitación de un suelo lo que contribuye a esa tendencia en el precio y a generar más tensiones en el mercado. En este sentido, confiamos en que la nueva legislación urbanística «agilice» y «flexibilice» los procesos. Generar suelo para desarrollar proyectos atractivos, modernos, dirigidos a todos los perfiles de cliente comprador es fundamental.
Cambio social del inmobiliario en Málaga
La irrupción de la pandemia ha acelerado nuevas necesidades, también laborales. En este sentido, la opción del teletrabajo ya es real y constante y es evidente la necesidad de crear nuevos modelos residenciales propios de Build to Rent (BTR) o co-living.
En los últimos meses se han realizado varias transacciones de suelos que serán destinados previsiblemente a BTR y que anuncian la intensa actividad que vivirá la ciudad en el medio plazo en este tipo de desarrollos.
Málaga cuenta con el potencial para el crecimiento en estos formatos de vivienda, impulsados por los cambios socioculturales y la dificultad financiera de compra. Sin embargo, aún queda mucho camino por
recorrer. Por el momento solo existen 636 viviendas BTR en la ciudad. En los próximos años, se espera un incremento hasta las 1.452 unidades y se sumarán dos proyectos de co-living al parque residencial.
Viviendas amplias
Junto al cambio social en el modelo de las viviendas, la pandemia también ha repercutido en las exigencias de los propios compradores. Vivienda amplias, con terraza o jardín y cómodas zonas comunes con numerosos “extras”. Estas son las nuevas necesidades del comprador en Málaga, que huye de espacios cerrados y que incluso apuesta por una habitación más de cara a habilitarla como espacio para teletrabajar.
Las últimas estadísticas del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga hablan de un crecimiento del 28% en el visado de viviendas en la provincia con respecto al año anterior, aunque también hay que ser
cautos ya que veníamos de cifras muy bajas. Con respecto a las viviendas terminadas, según esta misma institución, el número ha descendido un 50% debido a la crisis energética y de materiales y a la falta de mano de obra cualificada.
Inflación y licitaciones
Este último punto es muy determinante en el factor “nuevas viviendas” ya que más de 50 contratos de obra pública en Málaga se están quedando desiertos por el incremento de los precios, no contemplados en las licitaciones públicas o se han retrasado por periodos de tiempo muy amplios que ahora provocan efecto balsa y generan más tensión por falta de producto.
El consumidor hacia la ‘smart home’
La ‘smart home’ es ya una realidad. La pandemia y la crisis energética, sobre todo esta última, se han encargado de reprogramar los intereses de los ciudadanos y, por ende, las demandas en sus viviendas. El consumidor está cada vez más preocupado por los nuevos diseños y el espacio, pero también es consciente de que, sobre todo en un contexto de escasez energética como el actual, la adaptación de las viviendas a los más altos estándares de eficiencia energética es un factor decisivo a la hora de compra.
Tanto es así que el 65% de los españoles estaría dispuesto a pagar más por una vivienda sostenible. En el camino de la sostenibilidad, un 85% de los propietarios considera las hipotecas verdes una solución atractiva para lograr una vivienda sostenible y ya son bastantes las entidades dispuestas a atender esta demanda.
En este sentido, además, los nuevos demandantes de viviendas, si bien no exigen que sea de obra nueva, sí reclaman características propias de esta. Definitivamente, la construcción sostenible es una tendencia que se ha convertido en una necesidad, reforzado por la crisis energética fruto del conflicto en Ucrania como último puntal en la transformación del ideario del cliente. En la misma línea, la inteligencia artificial se ha convertido en una realidad presente. Las instalaciones de domótica, lo que antes parecía un lujo, son cada vez más exigidas. Y es que queremos vivir como pensamos y consumimos y nuestros hogares también pasan a ser un reflejo de todo ello.
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