Qué esta profesión, la inmobiliaria, es una carrera de fondo no hace falta decirlo a estas alturas, ¿no? Lo que no imaginábamos es que en este recorrido nos iban a colocar más y nuevos obstáculos, vallas más altas que sortear y relevos donde no se sabe muy bien cual es el testigo que hay que llevar a la meta.
Términos muy deportivos, ya sé (mi pasado de deportista sale sin querer…) y, en este caso, los considero muy idóneos como hilo conductor para el artículo de esta edición de la Revista.
En esta “nueva olimpiada” nos han convocado a todos los sectores y lo han hecho sin opción a prórroga o aplazamiento y, más aún, sin haber hecho entrenamiento o preparación alguna para lo que estaba por venir. Quién iba a imaginar…
Tokio 2020 se ha pospuesto, nuestra “competición” no. Nuestra olimpiada es más severa, trae el “don” de la inquietud y no sabemos, si quiera, quien o quienes serán merecedores de pódium. De hecho, no sabemos (nadie lo sabe) los baremos de ganadores o perdedores en este “juego”.
¿Y qué hacemos? ¡Pues seguir entrenando, seguir en la pista, seguir levantándonos… seguir y seguir! Espero que no hayas dudado en la respuesta. Si algo hay en esta profesión es contrariedad y la tenemos dentro y fuera del sector. Siempre la hemos tenido, siempre lo hemos sabido.
¿Deportista aficionado o profesional?
¿Eres de los que salen a correr por afición…? ¿de los que va a entrenar sólo por la cervecita de después…? ¿eres de los que van por libre y sin plan de entrenamiento…?
¡Créeme, ahora más que nunca, toca ser deportista de élite! Toca darlo todo, sin reservas ni restricciones.
No es la primera ni la última lesión que sufrimos y habrá más heridas y cicatrices. Esta situación nos demandará cotas de esfuerzo y sacrificio continuo y elevados para conseguir, quizá, tan sólo sobrevivir. Que no va a ser poco.
Los datos dicen que van a ser muchos los compañeros que van a tener que cerrar, como en otras muchas profesiones, y cambiar de sector. Bien, si es así (y tampoco pasa nada ni es desmerecedor) que no sea porque no lo diste todo, que no sea porque no te dejaste la piel. Todos conocemos la sensación de haber hecho cuanto podíamos y se tiene o no se tiene; asegúrate de que, pase lo que pase, sea ese el sentimiento que te embargue. Hagamos todo lo posible para revocar las puñeteras estadísticas.
Este partido lo jugamos todos, todos somos titulares y todos debemos salir al terreno de juego como estrellas que dan su mejor versión, que sudan la camiseta. Y como buen equipo que se precie, rodéate de los mejores y cuando dijo los mejores me refiero a aquellos que sean capaces de sacar lo mejor de ti. Personas que te inspiren, personas que con sus virtudes y defectos sean sus valores los que prevalezcan.
Personas que no siempre van a saber que es lo mejor o más adecuado, pero siempre van a ser y estar. Compañeros que con su trabajo y actitud te inculquen niveles de exigencia y mejora crecientes. Capaces también de contagiarte con su forma y mostrarte apoyo con una simple mirada. No pares hasta encontrar a tus iguales. Este factor siempre ha sido importante, pero ahora lo es exponencialmente, lo creo firmemente.
Veamos toda esta “locura”, porque no, como una ocasión para redimir todos los prejuicios y clichés que recaen sobre nuestro sector. Nos lo han puesto en bandeja.
Habilidades blandas dicen…
Saldremos fortalecidos o, como poco, transformados. El cambio ya empezó hace meses y si no eres consciente o no transformaste nada aún….
Sírvete de esas habilidades que muy injustamente llaman blandas, échale un par, aunque a veces duela, y vamos al lio.
Toca deshacerse de habilidades arcaicas y sustituirlas, si o si, por las denominadas “blandas”.
* Individualismo por trabajo en equipo
* Excusas por resolución de problemas
* Ego por liderazgo
* Rutina por creatividad
* Personalismo por colaboración
* Procrastinación por responsabilidad
* Rigidez por adaptabilidad
* Desgana por empatía
* Pesimismo por resiliencia …
Oportunidades donde no las hay o, mejor dicho, donde parece no haberlas
Y siempre habrá noticias y personas que te diga que la cosa está muy mala, que esto no tiene arreglo, que el paro… ¡Sal corriendo!
Vale que no hemos de ser utópicos ni inconscientes, pero creo que a estas alturas ya podemos hacernos una idea de que fácil no va a ser y también de que no necesitamos andar oyendo mensajes negativos todo el día. Insisto: aléjate de todo eso. Corre.
Y hazlo por una razón muy sencilla, que no fácil; y es que sumirte en negatividad no te va a dejar ver más allá. Y es necesario ampliar el enfoque, fijarnos en otras disciplinas, tomar nota de que hacen otros y adaptarlo. En la era del Renacimiento, por ejemplo, cambió todo: cultura, arte, política, economía…. En este caso, también, todo cambiara y la inspiración y oportunidad puede estar en cualquier parte, ¿no crees?
Las oportunidades se han transformado, ya no son las mismas, se camuflan y “juegan” con nosotros. Como decía más arriba, nos toca cambiar y si te pones el traje del pesimismo el cambio no promete ser ventajoso.
Que la vida nos desafié es algo ineludible, la actitud con que la abordamos si va a determinar el resultado. Y esa actitud nos pertenece sólo a nosotros, a cada uno de nosotros. Y esa pertenencia tan nuestra puesta en común, la fuerza de un alud imparable que no debemos subestimar.
“los malos tiempos son ocasiones que un buen alumno no se perdería”
Ralph Waldo
Las eras de cambio también sirven para tamizar y que la teoría de la evolución siga vigente. Los que jueguen este partido olvidando el fair play, confundiendo oportunidad con oportunismo y siendo “piratas” y no compañeros creo que no hace falta decir que difícilmente serán convocados para la siguiente temporada.
Sigamos entrenando cuerpo y mente que quiero seguir viéndoos a todos ahí afuera, haciendo lo que más nos gusta: jugando a esta profesión que nos tomamos tan en serio.